El tercer sentido que ponemos en marcha a la hora de probar un vino es el gusto. Este resulta todavía más complejo de utilizar que la vista o el olfato ya que el vino permanece en nuestra boca un corto espacio de tiempo y debe ponerse en contacto con nuestras papilas gustativa que están principalmente en nuestra lengua.
El sentido del gusto representa el final del proceso de la cata del vino y la confirmación de una serie de sensaciones sacadas en las fases anteriores de dicho proceso y que concluyen con nuestra opinión a cerca de la calidad del vino, el equilibrio general del mismo, su madurez y, lo más importante, si nos gusta o no.
La fase gustativa comienza al pasar por la boca un sorbo de vino activándose todas las papilas gustativas de la lengua al entrar en contacto con el vino. Se mantiene en la boca durante unos segundo y durante ese espacio de tiempo, aspiramos para aumentar el contacto del vino con el aire dando la posibilidad al vino de que se abra aún más a nuestro paladar.
Probablemente sea en la boca donde se produzca el momento de más placer al catar un vino ya que se perciben sensaciones más tangibles aunque, a su vez, también son sensaciones más fugaces y efímeras. Por su paso en boca apreciamos la textura o el cuerpo del vino, y por otra parte, la estructura y su carácter vendrán dados por la intensidad de los sabores que nos deja.
Probablemente sea en la boca donde se produzca el momento de más placer al catar un vino ya que se perciben sensaciones más tangibles aunque, a su vez, también son sensaciones más fugaces y efímeras. Por su paso en boca apreciamos la textura o el cuerpo del vino, y por otra parte, la estructura y su carácter vendrán dados por la intensidad de los sabores que nos deja.
Nuevamente comparto con vosotros la reseña de un vino probado durante el pasado verano y del que guardo un gran recuerdo. Les Terrases 2012 es un vino nacional de la denominación de origen Priorato. Se presenta con un color rojo picota de capa media con ribetes violáceos y de lagrima gruesa que desciende lentamente por la copa.
En nariz se expresa con aromas a fruta roja madura unido a tostados y fondo mineral muy bien integrados con ligeros toque a especias. Su paso en boca habla de un vino muy amplio con taninos jugosos y una buena acidez. Sabores a frutas del bosque y minerales con un postgrado muy intenso. Estamos ante un vino bien equilibrado, muy expresivo y con una buena elaboración. Un vino redondo.
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