02 septiembre 2015

La cata del vino: El olfato (1ª parte)

    Otro de los sentidos que interactua en la cata de un vino es el olfato. Nuestra nariz es capaz de recoger los diferentes aromas que se desprenden de la copa y a su vez los reinterpreta para darle un sentido a todo el proceso vital del vino que estamos probando.

    Particularmente, pienso que la fase olfativa en la cata del vino es la mas complicada de todas y a la vez la mas importante ya que requerirá mucha delicadeza y concentración para llevarla a cabo. Las sensaciones olfativas son fugaces y ligeras por lo que hay que agudizar este sentido para sacarle el mayor partido a los aromas del vino.

    El proceso lo iniciamos con el vino en reposo y la copa ligeramente inclinada para apreciar las primeras sensaciones que nos deja el vino. Acto seguido movemos la copa con un par de vueltas circulares y volvemos para obtener nuevos aromas no encontrados al principio. Para finalizar agitaremos desde el reposo ,y con más ímpetu, la copa en busca de las últimas sensaciones olfativas que nos deja el vino.

    Todo este proceso permite la aireación u oxigenación del vino y con ello, que este exprese toda su esencia para nuestro disfrute y percibamos como unos aromas se liberan y difuminan pronto para dejar paso a otros que se manifiestan de forma más tardía dándole al vino un bouquet característico y único.




    Después de un largo e intenso verano donde he tenido tiempo para probar vinos nuevos y de muchas partes del mundo, y uno de los que mas me ha llamado la atención en este vino: Garum 2012 de la tierra de Cádiz. Su singularidad reside en que la crianza se realiza en ánforas bajo el mar.

    De color rojo picota con ribete amoratado y de capa media, refleja aromas frescos de fruta roja y lácteos con leves toques de alcohol. En boca se expresa como un vino con cuerpo medio y sabores afrutados con una buena acidez, con una tanicidad agradable y un final acorde a la categoría del vino. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario