22 abril 2014

El sprint de la final

    Faltan muy pocas semanas para que termine la temporada y nos encontramos ante un final de curso muy interesante e intenso con casi todos los frentes abiertos para los diferentes títulos y plazas de descenso, champions o Europa League.

    Sólo un título se ha decidido ya. La Copa del Rey disputada en Valencia coronó al Real Madrid como vencedor ante el F.C. Barcelona en un partido emocionante por el resultado y por la forma de resolverse más que por lo que mostraron los 2 equipos. 

    Fue un partido jugado con corazón y con cabeza en donde el Barça puso el corazón y el Madrid la cabeza, uno llevando el peso del partido pero con un fútbol plano, lento y previsible lo cual facilito mucho el trabajo defensivo al rival, y el otro jugando como un equipo pequeño y aprovechando los contragolpes que era la mejor opción que le brindaba la ocasión. La apuesta madridista tuvo su recompensa.

    La final ya estaba condicionada por la ausencia de Cristiano Ronaldo y se condicionó todavía más por la ausencia durante el encuentro de Leo Messi. Empezó fuerte el Madrid, presionando arriba y provocando los errores del rival y así, a los 12 minutos se adelantaba en el marcador con una contra letal culminada por Di Maria y con la colaboración de Pinto que pudo hacer bastante más en los 2 goles madridistas.

    A partir de ahí, dominio infructuoso de un Barcelona sin ritmo, sin alma y sin Messi. Mucha posesión, muy pocas ocasiones y dándole al Madrid la opción de las contras que pudieron definir el partido con acciones de Benzema y Bale. El Madrid no concretó y el Barça le empato por mediación de Bartra a la salida de un córner.

    Pudo el Barça llevarse el partido si hubiera jugado el tramo final del partido con más cabeza pero se vio superior y se fue arriba, tan arriba que en una nueva contra perdió el título. Bale no tuvo una actuación destacada durante la final, pero hizo la jugada del partido en un sprint de sesenta metros, superando a un Bartra con los isquios al límite. Memorable la carrera del galés.

    Fue una final que despertó muchas expectativas por la dimensión de los equipos y los jugadores que se enfrentaban pero que futbolísticamente estuvo muy por debajo de lo previsto. Mucha emoción si, pero buen fútbol poco.

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