29 abril 2014

El fútbol llora a Tito

    Una nueva noticia luctuosa ha sacudido al mundo del fútbol. A los 45 años de edad y después de estar más de dos años luchando contra el cáncer, en la tarde del viernes pasado nos dejo Tito Vilanova, ex entrenador del FC Barcelona. Su delicado estado de salud no pudo superar la operación de urgencia a la que tuvo que someterse  al agravarse su enfermedad.

    Los que lo conocían hablan de él como una extraordinaria persona, amable, de trato fácil y sobre todo un enamorado del fútbol. Se formó en las categorías inferiores el Barça y residió durante un tiempo en La Masia en dónde coincidió con quien fue su amigo y compañero Pep Guardiola. Llego a jugar con el filial del Barça pero mientras su amigo subía al primer equipo, el tuvo que emigrar y buscarse la vida en otros equipos: Figueres, Celta de Vigo, Badajoz, Mallorca, Lleida, Elche y Gramanet.

    Como entrenador también empezó en las categorías inferiores del Barça donde coincidió con Messi, Pique o Cesc Fabregas. Una reestructuración interna del club le obligó a hacer las maletas hasta el verano del 2007 donde vuelve a su club como segundo de Pep Guardiola para entrenar al filial del FC Barcelona. Un año después se harían cargo del primer equipo y juntos harían del Barça un equipo mundialmente admirado durante cuatro años en donde consiguieron 3 Ligas, 2 Copas del Rey, 2 Copas de Europa, 2 Copas Intercontinentales o Mundialitos de clubs y 3 Supercopas de Europa.

    Con la salida de Guardiola, se hizo cargo del equipo pero su enfermedad ya empezaba a hacer estragos en su salud. Ese año el Barça se alzó con la liga de los 100 puntos, pero en los inicios de su segunda temporada se vio obligado a abandonar el club. Su enfermedad era el partido más importante que debía jugar. Lo jugó y desgraciadamente lo perdió pero, eso si, luchando hasta el final.

    El legado futbolístico que nos deja es corto pero intenso. Supo darle una vuelta de rosca a un sistema de juego novedoso y alabado por todo el mundo que llevaba 4 años implantado, manteniendo la posesión del balón como base de la filosofía de club e imprimiéndole esa dosis de intensidad que había perdido el equipo. Busco elaborar las jugadas de una forma más rápida con la que sorprender al rival y si para ello había que jugar de forma más directa se innovaba.

    La pareja que formó con Guardiola pasara a la historia del fútbol, la simbiosis de ideas que se aportaron el uno al otro fue una mezcla perfecta que supieron plasmar en el campo. Una pareja que será recordada siempre y que, como bien dijo su amigo, querían comerse el mundo y se lo comieron. D.E.P.
    

    

No hay comentarios:

Publicar un comentario